Anécdota: Presencia de muerte

Jalileh y yo habíamos quedado en ir a una fiesta con mis amigos de mi ex colegio. Nos iban a recoger en un restaurante cerca del centro comercial, y para hacer tiempo fuimos a dar una vuelta allí.
Entramos a tiendas, ya luego vimos a otras personas que sinceramente no queríamos saludar. Cuando le dije a Jalileh que quería ir a cotizar un sombrero que me gustaba enfrente de la misma tienda en la que estábamos, éstos nos saludaron.
Ellos estaban en un café, platicamos un rato, contamos chistes, ya cuando nos despedíamos, oímos algo feo: Habían dos señores armados golpeando a otra persona. Jalileh y yo creímos que eran armas de mentira, pero luego noté que estaban bajo efecto del alcohol. Cuando ya vi fea la cosa, le dije a Jalileh que corriéramos para otra parte para irnos a donde íbamos a esperar a mi amiga que nos iba a recoger. En lo que corríamos para los elevadores, recibí una llamada de un amigo entonces, se oyó el primer disparo. Tratando de hablarle a él, se escuchó un último disparo, mi amigo dijo: "mire la llamaré luego pero para mientras usted salga de allí." Colgó.
La gente salió corriendo en dirección para el sótano y se oían gritos;
Entramos al elevador junto a una familia que estaba igual de nerviosa, y decepcionada de nuestra sociedad corrupta.
Al salir del elevador, todas las tiendas las estaban cerrando.
Entramos corriendo por una tienda para salir del otro lado, en eso vi que Jalileh estaba tan nerviosa, en shock, y lloraba. Traté muchas veces de decirle que corriera y que no llorará; salimos del lugar para ir al restaurante. Recibí nuevamente la llamada de mi amigo, me dijo que saliera de allí, que le diera un vaso de agua con azúcar a Jalileh y que tratara de tranquilizarla, porque ella era la que estaba más nerviosa. Fuimos al restaurante donde quedamos con mi amiga, y vi que allí estaban mis papas. Entramos y pedí el vaso con azúcar para ella. Y le conté a mis papás.
Más noche, nos enteramos que el señor murió en la tienda a la que íbamos a entrar.

Ayer en la noche, regresando de la fiesta, tuve un sentimiento de tristeza, pero de alivio.
¿Qué hubiera pasado si estos cuates no nos hablan, si hubiéramos ido de largo a la tienda donde mataron al señor? Hubiéramos presenciado el asesinato de éste hombre a un metro de distancia o algo peor, Dios no lo quiera.
Me quedé pensando mucho tiempo antes de dormir «Me quiere viva. Dios me cuida»
Yo tengo que hacer algo aquí, no es tanto cosa del destino como saber que en esta vida yo tengo que hacer algo relevante, yo tengo una misión en esta vida.

Gracias por permitirme un día más