noviembre 22, 2009

Quedate para la merienda

Era un viernes 11 de la noche y yo no podía dormir. Estaba lloviendo y caían truenos como que si se fuera acabar el mundo, mis amigos se habían ido hacía un par de horas. El único que se quedo fue Andrés. Hacia tiempo que no miraba a Andrés. Ya habían pasado 3 años desde que se había ido a estudiar a Nueva york. Andrés siempre fue muy misterioso. Ni siquiera a mi, siendo su mejor amiga, me quiso contar que quería seguir estudiando o simplemente algún sueño. Claro, el me tenía más confianza entre todos de sus amigos y yo sabía ciertas cosas como que él tuvo un pasado muy difícil. Sus padres y sus hermanos murieron cuando él era muy joven así que es huérfano. Y no solo digo que fue difícil por haberse quedado solo, sino que el presenció todo, como sus padres habían sido victimas de un asesinato en su casa. Esa noche el oyó gente hablando afuera de su casa y lo primero que hizo fue esconderse debajo de su cama. Luego pasó lo que pasó, saquearon, asesinaron y huyeron.....

Afortunadamente Andrés estuvo con su abuela todo este tiempo y luego tomó la decisión de irse a Nueva York a estudiar quién-sabe-qué . Eso si me escribía cartas o e-mails para mantenernos en contacto, y la semana pasada me escribió diciéndome que me iba a visitar, así que le hice una fiesta, he allí el motivo de nuestros amigos en mi casa y de su milagrosa visita y cómo no tenía donde quedarse, decidí darle posada. ....

Nos habíamos quedado hablando y luego el empezó con sus historias de miedo (Y creo que por eso se fueron mis otros amigos porque las historias que cuenta Andrés no son muy agradables) ya que él sabe que a mi me gustan mucho esas historias. Su ultima historia fue de Bloody Mary , trataba de una niña que tenía una enfermedad y su papá era médico dice haberla encontrado muerta pero él sabía que no estaba muerta, la enterraron porque se asumió que ya no se podía hacer nada. El papá con su intransigencia ató un extremo de una soga a la mano de Mary y la otra la dejó atada a una campana en la superficie. Luego de unos días, Mary empezó a tocar la campana, tan precipitadamente que el papá de Mary llegó a desenterrarla y la encontró petrificada , las uñas de Mary estaban clavadas en la tapadera del ataúd ya que estuvo rasguñándola con las manos, y toda ella estaba ensangrentada....

-¡¡¡¡¡AHHHHHHH!!!!!!!! – grité.....

- ¿qué pasó, Mel? ¿Le tienes miedo a eso?....

- ¡NO! es que oí algo allá afuera- me paré y abracé a Andrés escondiendo mi cara sobre su pecho.....

-shhh tranquila, no es nada, deplano es un mapache.....

Solo le hice una cara de ‘’ tonto’’ y me fui a sentar a mi lugar nuevamente. ....

Andrés es la clase de persona algo excéntrica, muy divertida a pesar de su tormentoso pasado; excelente amigo, y no muy buen estudiante aunque le gusta leer bastante. Yo por el contrario, soy algo tímida, reservada, estudio demasiado y raras veces salgo.....

-entonces..¿Quieres algo de comer?- su estómago gruñía tanto que era inevitable preguntar si quería algo.....

- ¡SI POR FAVOR! Me moría de Hambre....

-creo que era algo obvio- en ese momento se sonrojó.....

Fuimos directamente a la cocina, y nos sentamos en el desayunador, le ofrecí nachos, cereal, huevo, frutas. Optó por cocinar panqueques. Luego de haber cenado y contado más historias decidimos irnos a dormir. ....

No lograba dormir, mis pensamientos me invadían y ni siquiera tenía sueño, tenía ganas de que ya amaneciera y hacer algo divertido con Andrés, pero él dormía como Oso hibernando. Al poco rato oí una campanita, y cada vez el sonido se hacia más fuerte más ruidoso y recordé entonces la historia de Bloody Mary, me levanté corriendo y me encerré en el baño y el sonido se oía más todavía .. salí corriendo, a la sala y era todavía más fuerte. Escuché unos pasos, Parecían ser provocados por tacones. Vi que la luz de la cocina se había encendido. Mi piel se erizó y mi corazón latía a mil por hora, de repente la lluvia se hizo más estrepitosa. Agarré una maseta vacía que estaba a la par de la mesa de la sala, y me escondí detrás del desayunador, levanté la mirada y vi una presencia extraña que levantó un brazo tomando un objeto punzo cortante. Se dirigió directamente al desayunador. Me agaché más y sentí que esa presencia se alejaba, luego escuche un sonidito muy desagradable, como que si estuvieran afilando un cuchillo. « y si muero hoy» pensé, «¿qué puedo hacer?» la presencia se acercó más al desayunador. la lluvia seguía cayendo. Yo sentía que ya no respiraba. La mano peluda y espantosa tomó su cuchillo, y……
le untó mantequilla al pan.
FIN ....

2 comentarios:

  1. la vuelvo a leer, y se oye como historia para niños jaja

    ResponderEliminar
  2. Definitivamente pura historia para niños. Ahjaja. Está divertida, y emotiva al principio. Pobre Andrés.

    ResponderEliminar