noviembre 22, 2009

el malaventurado de Diego en Taco Bell

lo hice por estar hablando babosadas hoy por telefono a las 2am XDD



Un día soleado, con buen clima nada podía parar a Diego de entrar a Taco Bell. Con una fisonomía de vanagloria, con su mirada hacia el frente, con saco y corbata, bien rasurado y muy entusiasmado por un taco, como de esas personas a la cual un joven se referiría como ''cuadrado'', pero lo que nadie sabe es que es buena gente. Hacía mucho tiempo atrás, en la infancia de Diego, sus padres le habían prometido ir a Taco Bell, pero no pudieron cumplir esa promesa debido a problemas económicos. Ahora que él había logrado hacer un negocio, el negocio de su vida, decidió que era ya el momento de ir a Taco Bell. A él no le importó dejar a su familia sin comer un mes, no pagar la renta, ni la luz, ni el agua. Él pensó «este es el momento».
Diego rápidamente se dirige hacia el mostrador, con la señorita Leonor:
- Bienvenido a Taco Bell ¿qué le puedo servir? - ella, tan sonriente, tan apasionada a su trabajo, como de esas personas que no pueden vivir encerradas mucho tiempo en su casa sin hacer nada.
- Buen día, señorita - buscando el gafete para llamarla por su nombre- Leonor, me gustaría ordenar...- Diego es interrumpido.
- tenemos la oferta de 100 tacos a Q100, por si le gustaría compartir con sus amigos o familia.
- No señorita. No quiero 100 tacos, me gustaría…- Diego fue interrumpido nuevamente
- Pues, tenemos la oferta de 7 quesadillas por Q.20, se mira que a usted le gusta comer.
- No señorita, yo quiero...-
Vuelve la interrupción de la señorita Leonor. Le había ofrecido hasta ‘papitas supreme’ gratis, Pero Diego no podía decir lo que quería por los circunlocuciones de la señorita. Leonor hasta llegó a un punto donde le preguntó su correo, y que si le gustaría entrar al grupo de fans de Taco Bell.
Diego no podía creer que hayan pasado dos horas, y él todavía no había comido, la señorita seguía ofreciendo. La veleidad de Diego no quería quesadillas, ni los combos de tacos, ni papitas supreme, ni las famosas canelitas, el quería el taco que había desde chiquito deseado comer.
Entre tanto balbuceo entre Diego y la señorita, había unos jóvenes que le tiraron el agua sobre el pantalón planchado de tintorería, pero Diego estaba calmado todavía, no había señas de que se estuviera alterando por la inutilidad de la señorita Leonor, ni por la insolencia del joven. Seguía con su sonrisa, con la frente en alto, con su mirada que decía « yo sé lo que quiero, y sé para qué vine».Diego en lo profundo de sus ser guardaba la memoria del ofrecimiento hecho por sus padres del ''taco ta contento''.
Había pasado ya otras dos horas, y la señorita seguía con su infinidad de ofertas y cupones. Diego llegó al punto de alterarse tanto, que la inutilidad de la señorita más el suelo sucio y su pantalón manchado, con la represión de su memoria causó una instigación por inercia. Diego tomó a Leonor por el cuello, ahorcándola le dijo:
''SILENCIO MORTAL, SI NO ME PUEDE PREPARAR MI TACO, ME SUICIDARÉ. Y USTED VENDRÁ CONMIGO. ‘‘ Por lo que el gerente del restaurante se vio obligado a llamar a la policía, los bomberos, alerta médica, cruz verde y roja y al payaso que nunca llegó a su primer cumpleaños.
Y que lo hizo sufrir eternamente, situación que marcó su vida.
Luego de que estaban hasta los medios de comunicación rodeando el lugar, la señorita Leonor le preguntó qué era lo que quería entonces, como que si no estuviera siendo estrangulada por un hombre.
- Señorita, llevó 4 horas pidiéndole un taco, el taco que desde mi infancia había yo deseado, el taco que de promesa rota marcó toda mi vida, así como el infeliz payaso que no aparece. Yo solo quiero mi ‘’ taco ta contento’’ y usted es incapaz de dejarme hablar por estar ofreciéndome sus malditos cupones y ofertas que ¡¡¡me vienen del norte!!! –
La señorita se quedo con cara de confusión, ya que ese taco era desconocido para ella. Luego su fisonomía cambio rápidamente, marcando una sonrisa maléfica y unos ojos de picardía, Leonor le respondió:
- Señor lo siento, ese taco lo dejaron de hacer hace 12 años. Pero le puedo ofrecer un Crunchy Wrap.
- No señorita, ¡¡quédese con su crunchy crap, Usted y todos aquí vamos a morir!!!
Diego frustrado sale corriendo, y se resbala porque no vio el letrero de ‘’ suelo mojado’’ se levantó como si nada, muy precipitadamente. Cuando los medios lo alcanzaron le preguntaron qué pasaba, Diego se les quedo viendo y les responde vehemente: yo de verdad pensé que no solo de pan vive el hombre…. También de tacos. FIN.

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